Buscamos visibilizar un modelo de liderazgo distinto: un liderazgo que nace del servicio, no de la jerarquía ni de la competencia. Queremos romper con los paradigmas tradicionales de distanciamiento entre líder y seguidores, y en su lugar, cultivar relaciones auténticas, donde la conexión sea más importante que la apariencia o el poder.

Este enfoque, que llamamos modelo siervo-personas, surge del amor y encuentra su máxima expresión en el ejemplo de Jesús. Para quienes deseen profundizar, este modelo se expone con más detalle en otro artículo complementario.

Estas son algunas evidencias prácticas de que estamos viviendo este liderazgo transformador:

• 🙌 Participación activa del liderazgo eclesial en procesos de cambio positivo, como muestra del compromiso real de la Iglesia con el bienestar de la comunidad que busca bendecir.

• 🌟 Iniciativas estratégicas que honran y cuidan a quienes sirven: promovemos una cultura donde se reconoce el valor del servicio, y no se glorifica a quienes buscan ser servidos.

• 🏛️ Presencia en la vida pública de la comunidad, representando a la iglesia con un liderazgo basado en el ejemplo, no en el proselitismo. Nos involucramos en causas de bien común alineadas con nuestros valores: la defensa de la vida, el cuidado de la niñez vulnerable, y la protección de los grupos más desfavorecidos.